EL DESARROLLO RURAL EN MÉXICO

LOS PARADIGMAS DEL DESARROLLO RURAL EN MÉXICO.


viernes, 10 de septiembre de 2010

MODELOS DE DESARROLLO INDIGENA

Los modelos de desarrollo indígena que históricamente ha propuesto la política indigenista oficial, no han resuelto aun los problemas fundamentales de las etnias que habitan en el país, puesto que no se han logrado crear las condiciones básicas de su bienestar. La persistencia y el incremento de la pobreza en las comunidades indígenas es un indicador claro del fracaso de los modelos de atención neoliberales.

La población indígena en México, caracterizada por su multiculturalidad, presenta diferencias económicas, políticas, sociales y culturales en su composición. Es precisamente esta diversidad y su complejidad multifactorial, la que dificulta el diseño adecuado de un modelo de atención, cuya política pública sea incluyente e integral, toda vez que los programas y los modelos de atención que se han diseñado para atender a la población originaria, se han construido sin considerar los regionalismos y las especificidades de cada cultura.

La enorme heterogeneidad de la población indígena y la débil institucionalidad para armonizar la participación social y atender sus necesidades, ha llevado a no tener en cuenta y a no reconocer el papel del indígena como actor social en la economía y el desarrollo nacional; en este sentido, este sector de la sociedad mexicana ha padecido con mayor impacto la aplicación de los modelos económicos y programas de atención.

Las comunidades indígenas, enfrentan el deterioro de su medio ambiente, sobre todo considerando que sus principales asentamientos se ubican en las regiones con mayor biodiversidad del país; esta degradación no es inherente a las actividades productivas que realizan los pueblos indígenas, toda vez que históricamente han sido excluidos (por los bloques de poder regional) del usufructo de los recursos naturales en donde habitan, esta actividad depredadora es originada por las actividades económicas de diversa índole, las cuales han reducido drásticamente la biodiversidad; en este sentido, las diferentes empresas forestales y mineras, así como la industria farmacéutica se han encargado de ello.

Las formas de organización comunitaria de los pueblos indígenas, producto de sus antecedentes históricos, culturales y de su interacción social, tienen ciertas similitudes entre grupos y regiones étnicas, pero también grandes diferencias sociales y de expresión cultural, conformando de esta manera el mosaico multicultural que caracteriza a nuestro país, situación que enriquece el aspecto cultural, social, económico, político y jurídico de México, pero que concomitantemente, dificulta las relaciones entre las mismas comunidades y grupos étnicos, así como entre los diferentes grupos étnicos y el Estado –Nación; Esta interacción social, también se ve afectada por la enorme dispersión territorial y el patrón de asentamiento de los pueblos indígenas, sumándose además, la disputa por la apropiación y usufructo de los recursos naturales entre los diferentes actores sociales que intervienen en las regiones en donde habitan los pueblos originarios.

No se puede hablar de desarrollo humano, mucho menos cuando la cifra de más de 40 millones de pobres luchan cotidianamente por la supervivencia; el concepto y la condición del desarrollo humano, no tiene sentido para los quince millones de indígenas mexicanos, no se puede hablar del tema mientras millones de nuestros coterráneos tengan hambre y ni siquiera puedan leer e interpretar el alcance de un programa o un modelo de atención pensado por la burocracia gubernamental para promover su bienestar y realización personal.

En este contexto, y de acuerdo al Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI), México tiene una superficie de casi dos millones de kilómetros cuadrados, los indígenas habitan una extensión territorial equivalente a la quinta parte de este territorio y se distribuyen en aproximadamente 17 mil 500 localidades, distribuidas en 2 mil 428 municipios, la tercera parte es ocupada por ellos, es decir, 809 municipios aproximadamente en términos relativos.

Actualmente, en México hay un estimado de más de 14.7 millones de indígenas, conformados en 62 grupos étnicos que han quedado rezagados en las diferentes regiones de los estados en que habitan. De éstos, más de 5 millones no reciben apoyos de ninguna organización del tercer sector ni gubernamental, es decir, prácticamente el 50% de la población indígena mexicana está excluida de cualquier tipo de atención.

El sujeto social indígena de hoy, es bastante distinto al de hace 50 años, inclusive al de hace una década, sin embargo a pesar de los cambios sociales y políticos de México, los pueblos indígenas mantienen sus rasgos culturales sin erosionar totalmente su identidad, la cual se expresa en su vida comunitaria, en la comunicación oral y el conocimiento tradicional que se vincula en su relación con la naturaleza; en este sentido, las identidades étnicas y sus características culturales se han conservado a lo largo de los años. El desconocimiento de esta realidad tan aparentemente simple, ha determinado que los modelos y programas de atención que se han diseñado para su bienestar no alcancen las metas planeadas, toda vez que los proyectos de desarrollo han intentado sustituir su cultura en vez de promover su desarrollo.

Bibliografía:

Tesis de Maestría, Ángel Martin Espinoza Flores; abril del 2009.

raramuri

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